Abro la puerta
de un jardín
de obsidiana
un enjambre lunar
de mudas voces
aquí el viento mece
el reposo azul
de las libélulas
la luz titila
el beso imaginario
de los juncos
en el cielo
abro un vuelo
de perdiz tardía
mi pecho orante
es un pajonal
desnudo
esta noche no es sino
la vida
un leve horizonte
de raíz y brillo
en la orilla
de estas aguas
zigzagueantes
un rezago de cortezas
son mis flotantes ruegos
adarmes de paisaje
y palabras escondidas
en un descanso de flores
que perfumó las Horas
como de una tinta madre
hecha de pétalos
así
mi sed profunda
abreva en el silencio
se abre un sol
—promesa cierta—
debajo
de su vestido angélico
©Daniel Cáseres
Qué belleza más sublime querido amigo...conmueves siempre...
ResponderBorrarUn gusto seguirte...un abrazote!
Nancy
Maravilloso! Por si ya te lo hubiera dicho, te lo repito.
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